Ayudar a los
demás produce la alegría más verdadera.
Había una vez
un niño listo y rico, que tenía prácticamente de todo, así que sólo le llamaba
la atención los objetos más raros y curiosos. Eso fue lo que le pasó con un
antiguo espejo, y convenció a sus padres para que se lo compraran a un
misterioso anciano. Cuando llegó a casa y se vio reflejado en el espejo, sintió
que su cara se veía muy triste. Delante del espejo empezó a sonreír y a hacer
muecas, pero su reflejo seguía siendo triste.
Extrañado, fue
a comprar golosinas y volvió todo contento a verse en el espejo, pero su
reflejo seguía triste. Consiguió todo tipo de juguetes y cachivaches, pero aún
así no dejó de verse triste en el espejo, así que, decepcionado, lo abandonó en
una esquina. "¡Vaya un espejo más horrible! ¡Es la primera vez que veo un
espejo estropeado!"
Esa misma tarde
salió a la calle para jugar y comprar unos juguetes, pero yendo hacia el
parque, se encontró con un niño pequeño que lloraba entristecido. Lloraba tanto
y le vio tan sólo, que fue a ayudarle para ver qué le pasaba. El pequeño le
contó que había perdido a sus papás, y juntos se pusieron a buscarlo. Como el
chico no paraba de llorar, nuestro niño gastó su dinero para comprarle unas
golosinas para animarle hasta que finalmente, tras mucho caminar, terminaron
encontrando a los padres del pequeño, que andaban preocupadísimos buscándole.
El niño se
despidió del chiquillo y se encaminó al parque, pero al ver lo tarde que se
había hecho, dio media vuelta y volvió a su casa, sin haber llegado a jugar,
sin juguetes y sin dinero. Ya en casa, al llegar a su habitación, le pareció
ver un brillo procedente del rincón en que abandonó el espejo. Y al mirarse, se
descubrió a sí mismo radiante de alegría, iluminando la habitación entera. Entonces
comprendió el misterio de aquel espejo, el único que reflejaba la verdadera
alegría de su dueño.
Y se dio cuenta
de que era verdad, y de que se sentía verdaderamente feliz de haber ayudado a
aquel niño.
Y desde
entonces, cuando cada mañana se mira al espejo y no ve ese brillo especial, ya
sabe qué tiene que hacer para recuperarlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario